Saber Delegar

Dije en mi anterior post que había otro tipo de embudo que comentaría en otra ocasión, el de la gente que, teniendo a bastante gente a su cargo, no sabe delegar y acaba haciendo de embudo.

Ocurre con frecuencia en gente que ha tenido siempre un perfil técnico, o no ha tenido nunca a nadie a su cargo, y de repente pasa a gestionar a un grupo de personas. Como en España, por desgracia, en muchos sitios todavía se percibe el progreso laboral como ir subiendo en el organigrama, sucede que hay mucha gente deseando ser jefe/a, muchas veces sin estar preparados o, lo que para mí es peor, sin valer realmente para ese puesto. Se puede sufrir mucho, como jefe, y se puede sufrir en el día a día laboral cuando, quizá, en tu anterior puesto eras la mar de feliz y hacías muy bien el trabajo. Al igual que se progresa pasando a gestionar gente, estaría bien ser capaces de dar el paso atrás, cuando no está funcionando algo, y volver a puestos técnicos o de no-gestión. Por suerte, cada vez más empresas, especialmente en tecnología, separan en ramas y una persona técnica puede vivir toda su carrera profesional haciendo eso, curro técnico.

Pero quería hablar de los casos en que no, en que una pasa a gestionar gente y de repente mucho más curro depende de ti y hay que supervisarlo y, sin comerlo ni beberlo, un buen día descubres que estás haciendo de embudo. Los síntomas son sencillos de detectar, si uno lo analiza bien, tu sufres por llegar al día a día, no te da la vida, y en muchas ocasiones la gente que depende de ti tiene un día a día mucho más liviano. La cantidad de trabajo que tu equipo puede hacer depende directamente de tu capacidad de estar en las reuniones, de tomar las decisiones, sientes que no puedes irte de vacaciones porque todo se derrumbaría. No hay nada que se haga en tu departamento o equipo que no hayas revisado antes de que vaya a parar a otro equipo, no vaya a ser, al final, el o la mayor responsable de ese equipo/departamento eres tú.

Pero esto es un embudo, no escala. Sirve para unas pocas personas, alguna decena, quizá, pero si un día supervisas a medio centenar, es imposible estar revisando todo lo que se hace (o se hace muy poco). Por otro lado, es muy frustrante para las personas que dependen de ti, en ese equipo, no poder asumir cierta responsabilidad y tener que estar a la espera de tu disponibilidad, muchas veces no pudiendo dar solución a problemas inmediatos porque antes hay que consultarlo con el jefe.

Decía en el podcast de en digital (podcast muy recomendable, por cierto) de este Domingo, David Bonilla, que si se la deja, la gente lo que quiere es hacer bien su trabajo, tener objetivos claros, autonomía, libertad, etc (escuchadlo :D). En mi experiencia es totalmente así, y claro, con un embudo por encima es complicado cumplir lo anterior. Por otro lado, si te han puesto como responsable de un equipo, departamento, quieres sacar lo mejor de ese equipo, y para eso es fundamental darles libertad y dejarles trabajar.

Todo pasa por entender que, en el momento en que es otra persona la que está haciendo el trabajo, lo hará a su manera, con su buen saber hacer, con su experiencia, su habilidad, y no la tuya. Puedes guiar a la persona, dar directrices, corregir, pero en el momento en que es otra gente la que hace el trabajo, nunca, nunca, nunca, será exactamente como tú lo habrías hecho. Esto no es malo, es maravilloso. La diversidad enriquece.

Si no estás acostumbradx a delegar, mi recomendación sería comenzar con cosas no críticas, que no te quitan el sueño, tantear la ilusión de la persona X que pueda encargarse y dejarle claros los objetivos y que, tal cual lo haga, se presentará/entregará y que tú estás ahí para dudas, preguntas o lo que necesite. Luego periódicamente se puede medir y revisar parte del trabajo, pero no el 100%, se puede hablar con los clientes que reciban ese trabajo, tantear también por ahí. Se puede empezar delegando también cuestiones internas del equipo/departamento que no llegan a ningún cliente pero que son importantes y dejar de supervisarlas/revisarlas al 100%, si no hacer un chequeo semanal primero, quincenal después, mensual al final o lo que cada cuestión necesite.

Otras tareas a revisar con frecuencia son aquellas que dependen de ti y frenan al equipo. Las cuestiones en las que estás impidiendo progesos o que el trabajo fluya o el ritmo sea el que el equipo tendría sin esos frenos. Cuando esto sucede, hay que revisar y cambiar procesos.

En resumen, no puede gestionarse un equipo mediano de personas sin delegar, es imposible que sea eficiente. Aunque pudiera serlo muriendo tú echando horas, es terrible para la gente del equipo tener a un embudo por encima que no deja que los engranajes rueden, que frena cuestiones, etc.

Y, por último, vete de vacaciones. Es una forma muy sencilla de darse un baño de humildad y ver que no eres tan imprescindible. Si todo se cae y se derrumba, no es que seas imprescindible, es que algo estás haciendo muy mal para, como ser humano, no poder permitirte un descanso.

Dudas, preguntas, sugerencias, por favor, ¡bienvenidas!.. en correo, twitter o aquí abajo.

Comentarios